Hace unas semanas nos fuimos de bautizo. Sí, en ésta época rara que nos ha tocado vivir, también hay lugar para las celebraciones (siguiendo estrictas normas de seguridad e higiene, por supuesto).
El bautizo en cuestión fue en Belalcázar (Córdoba). La familia, afincada en Alicante pero con orígenes andaluces, nos pidió que organizáramos su evento, y hasta allí que nos fuimos.
La celebración se dio en una finca privada de la familia, que esta situada en un lugar privilegiado, en la Plaza del Pilar y a las faldas del Castillo de los Sotomayor y Zúñiga. Es el castillo con la torre del homenaje mas alta de toda la peninsula ibérica (si tenéis oportunidad, no dejéis de visitar este precioso pueblecito situado al norte de Córdoba, en la comarca de Los Pedroches).

Hubo solo 30 invitados, la familia más allegada, debido a las circunstancias que ya conocemos, y para la seguridad de todos, se organizó una cena tipo cóctel en el patio de la finca. Se pusieron 4 mesas altas y una mesa alargada con 8 sillas para las personas mas mayores.
Para el catering contamos con ‘Catering Don Pepe’, que se desplazaron desde Peñarroya-pueblonuevo (un pueblecito situado a unos 30 minutos de Belalcázar) y ofrecieron 10 entrantes y una barbacoa con una carne exquisita, así como barra libre de bebidas durante toda la cena.
Del postre se encargó ‘La Pita’, también desde Peñarroya-pueblonuevo se desplazaron para ofrecernos una maravillosa fuente de chocolate con bandejas de frutas y mini bolleria variada.

Las tartas las hizo la panadería tradicional del pueblo, Pizarro, en la que la familia ha confiado para todas sus celebraciones. Se prepararon 2 tartas, una de 3 pisos, muy colorida para el bautizo, rellena de kinder bueno y crema pastelera, exquisita. Y otra, rectangular, rellena de chocolate para la celebración de varios cumpleaños que se dieron ese fin de semana en la familia.
La decoración del evento fue sencilla y elegante. Hubo luces de verbena para iluminar el patio y dar el toque festivo al lugar; las mesas se vistieron con manteles blancos y en lugar de centros de flores se pusieron centros con romero que, ademas de dejar un aroma ligero y natural, ahuyenta a los mosquitos. También hubo globos y letras con el nombre de la bebé.
En definitiva, quedo una celebración de lo más intima y especial. La bebe iba preciosa con su faldón corto de cristianar de organza y bolillo con lazo de raso todo en color marfil, diadema a juego y esparteñas también a juego.
Os he dejado un par de fotos para que os hagáis una idea.
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